Los pronósticos se cumplieron. La Reserva Federal ha decidido pausar la subida en su tasa de interés tras 10 incrementos consecutivos y dejarla en un rango de 5% a 5,25%. El banco central estadounidense no descarta una nueva alza en los tipos al cierre de este año, sin embargo, la noticia fue suficiente para mover la balanza a favor del tipo de cambio nacional que alcanzó un nuevo récord al cotizar en un mínimo de 17,07 unidades por dólar, tras darse a conocer la decisión de la Fed, su mejor nivel desde diciembre de 2015.
Tras este nuevo techo roto, la moneda mexicana continúa su buena racha y suma una apreciación del 12% en lo que va del año, situándose como la segunda moneda con mayor apreciación frente al dólar en 2023, solo detrás del peso colombiano. Al cierre de esta jornada, el peso cerró en 17,12, según el Banco de México.
La decisión de la Fed de frenar el alza en sus tasas para tratar de ahuyentar una posible recesión económica resta atractivo a la moneda norteamericana frente a otras divisas emergentes como la mexicana. Los analistas coinciden, además, de que a diferencia de otras economías emergentes, México tiene una tasa de interés atractiva, en 11,25%, ha demostrado fundamentales sólidos, así como un horizonte prometedor de la mano del nearshoring o relocalización de empresas.
¿Quién gana con un ‘superpeso’?
Un tipo de cambio fuerte contribuye a abaratar los precios de los artículos importados y con ello a contener la inflación interna. Sin embargo, en la otra trinchera pone contra las cuerdas al sector exportador, turístico y reduce el poder adquisitivo de quienes reciben remesas. “Los niveles actuales del peso pueden causar una desaceleración del consumo y un menor crecimiento de las exportaciones mexicanas”, zanja Siller.
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