El pasado viernes, Twitter eliminó alrededor de 3 mil 700 puestos de trabajo, o la mitad de la fuerza laboral de la empresa de redes sociales, y, horas después, les envió un e-mail en el que les informaban que si seguían contando con ellos.
«No hay más remedio cuando la compañía está perdiendo unos cuatro millones diarios«, se justificó Musk, recalcando que los afectados han tenido una oferta de tres meses de indemnización, «un 50% más de lo obligado legalmente». Sin embargo, algunos afectados han presentado una demanda colectiva por despido improcedente.
Algunos de los que se les pide que regresen fueron despedidos por error. Otros fueron despedidos antes de que la gerencia se diera cuenta de que su trabajo y experiencia pueden ser necesarios para construir las nuevas características que Musk prevé, como los cambios en las insignias de verificados o la posibilidad de subir textos y vídeos más largos a la plataforma. Por ahora, la compañía no se ha pronunciado al respecto.
Musk está presionando a quienes permanecen en la empresa para que se muevan rápidamente en el envío de nuevas funciones y, en algunos casos, los empleados incluso han dormido en la oficina para cumplir con los nuevos plazos.